«Se llevan mi leche», dijo la vaca.
«Se llevan mis huevos», dijo la gallina.
«Se llevan mi carne y mi tocino», dijo el cerdo.
«Me persiguen para llevarse mi grasa», dijo la ballena.
Y así sucesivamente.
Por fin habló el caracol:
«Yo tengo algo que les gustaría tener más que cualquier otra cosa.
Algo que ciertamente me arrebatarían si pudieran:
TIEMPO».
Tienes todo el tiempo del mundo. Sólo hace falta que quieras tomártelo. ¿Qué te detiene?
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