BIENVENIDOS

septiembre 27, 2009

Paulo Coelho

Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.

septiembre 12, 2009

ASCENDER (DOCTRINA)

Entra el primer candidato: «¿Entiende usted que esto no es más que un simple 'test' que queremos hacerle antes de darle el trabajo que usted ha solicitado?». «Sí».
«Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?». «Cuatro».
Entra el segundo candidato: «¿Está usted listo para el 'test'?». «Sí».
«Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?». «Lo que diga el jefe».
El segundo candidato consiguió el trabajo.

La actitud del segundo candidato es muy recomendable si deseas ascender en cualquier institución, secular o religiosa. Frecuentemente te servirá para sacar estupendas notas en los crímenes religiosos. Por eso los licenciados en teología muchas veces son más conocidos por su amor a la doctrina que por su amor a la verdad.

EL ZORRO MUTILADO

Fábula del místico árabe Sa'di:

Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.
Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: «Voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y éste me dará cuanto necesito».
Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y. el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía: «¡Oh, tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado».

REFLEXION

Por la calle vi a una niña aterida y tiritando de frío dentro de ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios: «¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?». Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: «Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti».

TRIGO DE LAS TUMBAS EGIPCIAS

En la tumba de uno de los antiguos . Faraones de Egipto fue hallado un puñado de granos de trigo. Alguien tomó aquellos granos, los plantó y los regó.

Y, para general asombro, los granos tomaron vida y retoñaron al cabo de cinco mil años.
Cuando alguien ha alcanzado la luz, sus palabras son como semillas, llenas de vida y de energía. Y pueden conservar la forma de semillas durante siglos, hasta que son sembradas en un corazón fértil y receptivo.
Yo solía pensar que las palabras escritas estaban muertas y secas. Ahora sé que están llenas de energía y de vida.

Era mi corazón el que estaba frío y muerto, así que ¿cómo iba a crecer nada en él?

MIRAR A SUS OJOS

El comandante en jefe de las fuerzas de ocupación le dijo al alcalde de la aldea: «Tenemos la absoluta seguridad de que ocultan ustedes a un traidor en la aldea. De modo que, si no nos lo entregan, vamos a hacerles la vida imposible, a usted y a toda su gente, por todos los medios a nuestro alcance».
En realidad, la aldea ocultaba a un hombre que parecía ser bueno e inocente y a quien todos querían, Pero ¿qué podía hacer el alcalde, ahora que se veía amenazado el bienestar de toda la aldea? Días enteros de discusiones en el Consejo de la aldea no llevaron a ninguna solución. De modo que, en última instancia, el alcalde planteó el asunto al cura del pueblo. El cura y el alcalde se pasaron toda una noche buscando en las Escrituras y, al fin, apareció la solución. Había un texto en las Escrituras que decía: «Es mejor que muera uno solo por el pueblo y no que perezca toda la nación». De forma que el alcalde decidió entregar al inocente a las fuerzas de ocupación, si bien antes le pidió que le perdonara. El hombre le dijo que no había nada que perdonar, que él no deseaba poner a la aldea en peligro. Fue cruelmente torturado hasta el punto de que sus gritos pudieron ser oídos por todos los habitantes de la aldea. Por fin fue ejecutado.

Veinte años después pasó un profeta por la - aldea, fue directamente al alcalde y le dijo: «¿Qué hiciste? Aquel hombre estaba destinado por Dios a ser el salvador de este país. Y tú le entregaste para ser torturado y muerto». «¿Y qué podía hacer yo?», alegó el alcalde. «El cura y yo estuvimos mirando las Escrituras y actuamos en consecuencia»..
«Ese fue vuestro error», dijo el profeta.
«Mirasteis las Escrituras, pero deberíais haber mirado a sus ojos».

HUESOS PARA PROBAR NUESTRA FE

Un intelectual cristiano que consideraba que la Biblia es literalmente verdadera hasta en sus menores detalles, fue abordado en cierta ocasión por un colega que le dijo: «Según la Biblia, la tierra fue creada hace cinco mil años aproximadamente. Pero se han descubierto huesos que demuestran que la vida ha existido en este planeta durante centenares de miles de años».

La respuesta no se hizo esperar: «Cuando Dios creó la tierra, hace cinco mil años, puso a propósito esos huesos en la tierra para comprobar si daríamos más crédito a las afirmaciones de los científicos que a su sagrada Palabra».

Una prueba más de que las creencias rígidas conducen a distor­sionar la realidad.

septiembre 02, 2009

Cuento el Hada y el Angel

Era una vez un reino llamado Mar Azul, estaba en una gran isla rodeada de un mar casi inexplicable, su belleza era inigualable, los delfines danzaban por la mañana y por la tarde los bancos de peces saltaban formando pequeños arco iris.
En sus bosques las hadas iluminaban sus senderos llenando de magia todo lo que a su paso estuviera. Mar Azul estaba gobernado por un rey cuya bondad, sabiduría, dedicación y amor era infinito.
La gente de su reino vivía muy feliz, excepto una sola persona, el hijo del rey, aunque el rey y su pueblo le daban todo para que sea feliz, el príncipe no lo era. Se decía que se lo veía caminar todas las mañanas por las playas y se sentaba en la costa a admirar aquellos delfines y su hermoso mar, nunca se desprendía una sonrisa en su rostro, en sus ojos se veía su tristeza, en sus gestos se notaba su dolor.
Una mañana en medio del mar el príncipe vio una embarcación que se acercaba, lentamente se divisaba como crecía en el horizonte. Pronto corrió a avisar a su padre de lo que pasaba.
EL pueblo, el rey y el príncipe se dirigieron hacia la costa para recibir a esta embarcación. Pronto ancló en su costa y un bote que a la lejanía era abordado, se dirigió velozmente hacia la costa. Todos estaban ansiosos de curiosidad, en es momento los ojos del príncipe cambiaron brutalmente, tomaron un brillo hermoso.
Había visto a una dama en medio de los demás tripulantes en ese bote, era una mujer verdaderamente hermosa, sus ojos eran como dos esmeraldas, sus cabellos suaves al viento le hicieron sentir al príncipe una sensación casi inexplicable, una sensación que jamás había sentido.
Pronto recibieron a los extranjeros, estaban de paso en busca de provisiones, ya que tenían un muy largo viaje a un continente, cual su nombre jamás recordaría. Los extranjeros se hospedaron en el castillo, la alegría del príncipe pronto se reconoció entre los sirvientes y el rey.

El rey pronto organizó una fiesta muy especial y se lo comunicó a su hijo. Quizás esa fiesta sería la más grande que se organizara en su reino. Esa noche todos los habitantes de Mar Azul se acercaron, estaban todos invitados, las hadas salieron de sus bosques para ver la gran ocasión, las estrellas brillaban como nunca, la luna daba su hermoso esplendor sobre las colinas de aquel castillo, en sus jardines las luciérnagas no dejaban de resplandecer.
Llegó el momento del gran banquete, ahí estaba el príncipe con su traje real cuyos bordados estaban hechos de oro y plata. La dama vestía con un hermoso vestido bordado con perlas. Dicen que el príncipe y la dama no quisieron comer nada, solo estaban observándose y llegó la hora del baile real.
El príncipe se acercó suavemente y galantemente invito a la dama a bailar, ella aceptó ya que estaba más impaciente que aquel príncipe. Bailaron toda la noche, en momentos parecían que ellos estaban solos y sus corazones latían juntos, solo la dama y el príncipe unidos en aquel baile. Salieron al patio real y en medio de aquella noche inolvidable sus miradas se cruzaron y existió solo ese momento, los corazones se pararon, en su mirada sus almas se unieron, y de los labios de aquella dama salieron las palabras más dulces que nunca el príncipe había escuchado, las hadas que presenciaron el momento supieron que aquellas palabras eran un poema, el príncipe sintió un calor gigante como una llama en su corazón y la abrazó fuertemente y la besó, sus almas brillaban más que nunca.
Había nacido el amor. Al amanecer seguían juntos no podían separarse, el príncipe le mostraba la belleza de su reino, pero a pesar de todo, él sabía que ella debía partir junto con aquellos extranjeros. Surgió el momento de la partida, él no quería dejar a su amada, aunque le dejo libre su camino, pocas fueron sus palabras, solo dijo que la amaba y cuando el príncipe cerró sus ojos, se escuchó una voz dulce que le decía:
Me quedaré por siempre, quisiera vivir a tu lado toda mi vida!!!. El príncipe sintió el amor, el rey sabía que la vida de su hijo había cambiado y su pueblo era muy feliz, que todo cambiaría en Mar Azul, ahora todos eran felices.
Ellos vivían todos los momentos juntos, le daba todo lo que tenía y ella no lo dejaba de sorprender con sus poemas, paseaban por los bosques todos lo días, las hadas los observaban y sentían su amor, tanto que la magia de aquel bosque era grandiosa.
Pero un día el rey enfermó y el príncipe tubo que ocuparse de las tareas reales, aunque el sabía hacerlas bien, no tenía el tiempo que tenía antes para estar con su amada. Su amada caminaba sola por los bosques y playas, esperando ver a su príncipe que la pasaba metido en el castillo. A pesar de las bellezas de ese reino la felicidad se estaba apagando en el corazón en ella , pero el la amaba y sufría el tiempo que no estaba con su amada.
Esa noche el príncipe organizó un banquete en honor a aquel rey, y notó en la mirada de su amada que no le prestaba atención, la mirada de ella pertenecía ahora a aquel visitante, pronto esa noche escucho de su amada unas palabras que al igual de dulces como aquellas que siempre recibía, anunciaban el final y su despedida.
La sonrisa se borró en aquel príncipe, sus ojos se apagaban al igual que se inundaban de dolor, y en medio de una tormenta la vio partir. Su amada no estaba, su reino ya no le importó, la tristeza lo invadió su corazón y un trueno se escuchó de dolor, y aunque su padre seguía enfermo, no pareció importa
Y el sentía que lo poco que estaban juntos, no existía esa pasión que un día comenzó. Un día en la playa, la dama divisó en el horizonte un barco, que se acercaba a la costa y como ya había pasado el pueblo y el príncipe se acercaron a recibirlo.
Este barco a diferencia del otro estaba con ornamentas de oro puro, era el barco de un rey, quizás unos de los más ricos en el mundo, la mirada que había surgido una vez en un príncipe había surgido ahora en aquella dama, pronto los recibieron y ella sabía que el amor hacia su príncipe se había apagado hacía mucho tiempo.
Caminaba todas las noches por los bosques con la mirada baja, jamás miraba el cielo, el mar, o todo lo que lo llenaba de ilusión en aquellos tiempos en que no conocía el amor, todo había desparecido.
Una noche un hada lo vio sufrir, se llenó de tristeza, solo se acercó lentamente volando a su alrededor, pero el no subía su mirada, esa hada quería darle felicidad, ayudarlo, que saliera de aquel dolor. Así siguieron las noches y aunque el hada se le acercaba no parecía nunca escucharla.
Pero al poco tiempo su padre falleció, el rey había muerto, el pueblo ya no era feliz, un dolor invadió aquel reino, el príncipe lloró por meses, pensando en que había perdido todo, a su amada y a su padre, y hasta su reino feliz.
El hada siguió acompañando a aquel príncipe, horas, días, meses, pero el príncipe un día desapareció!!!, nadie supo que pasó, muchos dijeron que fue en el acantilado, otros que desapareció en medio de aquel mar.
La tristeza y el dolor que no era poca había crecido en aquel reino, el hada lloraba desconsoladamente al igual que su pueblo. Su alma como un rayo ascendió a los cielos, estaba ahí en las puertas del cielo indescriptibles de su belleza, miró hacia tras y pensaba en su reino y soñaba con su amada.
De pronto un frío invadió esa alma y paralizado no quiso cruzar aquel portal, se arrodillo en aquellas nubes llorando por todo lo que le había pasado. Dicen que pronto las puertas se cerraron y ahí estaba su alma llorando y llorando, penándose por el pasado. En su reino se sintió el dolor del príncipe, sabían que él estaba ahí pensando en ellos.
El hada miró hacia el cielo y dejó caer una lágrima, sentía también el dolor de aquel príncipe, que aunque jamás la escuchó, siempre tubo un afecto especial hacia él. Al poco tiempo, el alma de aquel príncipe se inundaba de dolor y tornaba en un color oscuro, tanto que parecía estar hecha de un negro azabache, y el dolor así como crecía en su alma, crecía en su reino.
El hada pensaba solo en aquel príncipe, la magia del bosque se apagaba, y los delfines y peces ya no danzaban, Mar Azul desaparecía poco a poco. Después de mucho tiempo, el alma del príncipe recordaba esas dulces palabras que formaban aquellos poemas y descubrió que sus poemas llegaban a sentirse en su reino, la gente los sentía igual que su dolor, el hada los escuchaba y llenaba de amor su corazón.
El príncipe se dio cuenta que su alma tornaba vida, solo tenía que decir lo que sentía, lo que salía de su alma. Un día el hada inspirada por esa fuerte atracción a esos poemas que rondaban en aquel reino, se dirigió al punto más alto de Mar Azul. Ahí miró hacia el cielo y sentía a su príncipe que estaba ahí y que casi podía tocarlo.
El príncipe miró a aquella hada que lo miraba. Del hada se desprendieron lágrimas, y en aquella alma azabache, comenzó a transformarse, solo deseaba estar al lado del hada, y unas alas hermosas surgían del alma, se estaba transformando en un ángel.
Dicen que dios estaba presenciando su atracción, y le dio aquellas alas. De pronto el hada quedo inmutada, viendo a aquel ángel descender de los cielos, al verse una explosión de luz ocurrió, unas palabras dulces que no eran tristes surgieron del ángel, al ver que aquel ángel le daba su amor puro, el hada se conmovió y sintió que aquel ángel era lo que siempre soñó, la magia del amor del hada lo cubrió.
Él se acercó al hada y la cubrió entre sus alas, todo cambió, se vieron los delfines danzar, los peces saltar, el bosque renació y el reino empezó a vivir de vuelta la felicidad, aunque nadie sabía porqué, solo sentían que el dolor de aquel príncipe había terminado, él era libre!!.
Aunque el ángel y el hada sabían que su amor era imposible ya que pertenecía a distintos mundos, ellos solo vivieron aquel momento. El ángel dicen que volvió al cielo, el hada está en aquellos bosques recordando a su ángel.

Solo Dios sabe lo que pasó con aquel ángel, algunos otros dicen que Dios le dio un cuerpo y que está en aquel bosque amando a su hada. Y eso quizás sea verdad porque en aquel bosque se siguen escuchando los poemas del ángel por su verdadera amada, la que jamás lo abandonó, la que lo amó por siempre, la que le dio el verdadero amor, aquel amor que en principio no vio, pero ahí estaba a su lado.....

El amor verdadero no tiene buenas ni malas siempre existirá..
.......Veamos más dentro nuestro, demos lo que tenemos......... Seamos verdaderos, si no, que pasará con aquellos reinos que parecen fantasía pero están delante nuestro....nuestro mundo!!! Hoy puedes ser lo que en verdad eres!!!! Solo sé tu!!!

EL DIOS-ALIMENTO

Una vez decidió Dios visitar la tierra y envió a un ángel para que inspeccionara la situación antes de su visita.

Y el ángel regresó diciendo:
«La mayoría de ellos carece de comida; la mayoría de ellos carece también de empleo».

Y dijo Dios: «Entonces voy a encarnarme en forma de comida para los hambrientos y en forma de trabajo para los parados».

EL DESTINO EN UNA MONEDA

El gran general japonés Nobunaga decidió atacar, a pesar de que sólo contaba con un soldado por cada diez enemigos. El estaba seguro de vencer, pero sus soldados abrigaban muchas dudas.
Cuando marchaban hacia el combate, se detuvieron en un santuario sintoísta.
Después de orar en dicho santuario, Nobunaga salió afuera y dijo: «Ahora voy a echar -una moneda al aire. Si sale cara, venceremos; si sale cruz, seremos derrotados. El destino nos revelará
su rostro».
Lanzó la moneda y salió cara. Los soldados se llenaron de tal ansia de luchar que no encontraron ninguna dificultad para vencer. Al día siguiente, un ayudante le dijo a Nobunaga: «Nadie puede cambiar el rostro del destino».
«Exacto», le replicó Nobunaga mientras le mostraba una moneda falsa que tenía cara por ambos lados.

¿El poder de la oración? ¿El poder del destino? ¿O el poder de una fe convencida de que algo va a ocurrir?

HISTORIA DE LOS MARCIANITOS

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